
¿Por qué Ritos de paso?
NO BORRAR!!!!

Entiendo Rito de paso como una idea o concepto basado en las costumbres o ceremonias realizadas a lo largo de la vida de los seres en tanto que sociales, para marcar los cambios o transformaciones importantes de la vida.
Siempre me han gustado las situaciones liminares, los lugares de entrada donde los límites se disipan. Es entonces cuando la vulnerabilidad, las inseguridades, la sensibilidad y la emoción salen a flote en una u otra medida. Esos momentos de la vida que casi institucionales se reproducen a sí mismos, y se establecen como inevitables son curiosamente, en la época en que vivimos olvidados en cierto modo como consecuencia de la monopolización de los mismos por parte de las religiones y el cada vez más amplio desinterés social hacia las mismas. Los momentos de paso tradicionalmente más celebrados dejan de tener su espacio dentro del conjunto de comportamientos sociales. Todo ello pasa a crear un vacío y una falta de comunicación entre los individuos del grupo. Si no te bautizan, no comulgas, no te casas, no hacen funerales, no muestras socialmente el paso de un umbral a otro. Al final, se trata de una especie de oportunidad para mutar como un camaleón, de volver a vivir, de ser otra persona que se reinventa en un nuevo papel social.
Si bien es cierto que cada vez más personas realizan actos laicos, además de las que los siguen realizando desde el ámbito religioso, muchas otras prescinden tanto de unos como de otros, o aunque los realicen no se muestran. Estaríamos en una especie de limbo comunicativo social. No nos mostramos, no hacemos realidad aquello que nos sucede compartiéndolo con el grupo y en cierta forma parece como si por ello no se le diera la suficiente importancia, sucediendo como cualquier acontecimiento más de la cotidianeidad, aunque no lo sea; no nos engañemos, no todos los días son iguales.
Por eso este nombre para mi propuesta y por ello mi intención de aportar lo que se me permita para construir puentes, como me decía una maravillosa artista llamada Edith Lasierra. Para mostrar lo que de emotivo y frágil tienen esos momentos que decidamos por nosotros mismos. Esos momentos que sean importantes para nosotros aunque no se trate de aquéllos más establecidos.
En definitiva, compartir a través del acto comunicativo, con sinceridad, aquello que supone para nosotros, aquello que sentimos y habitualmente permanece silenciado. Compartir por un día, la chispa que queremos hacer ver y que demuestra nuestra individualidad dentro de este todo en el que andamos mezclados.